Francisco González Tejera
“En estos días no hay absolución posible para el hombre, para el feroz la fiera que ruge y canta ciega, ese animal remoto que devora y devora primaveras…”
Silvio Rodríguez
En estos días de un octubre fugaz se nos fue Mercedes Sosa, celebramos el aniversario de la muerte del “Che”, los 50 años de la ejecución a garrote vil de Juan García “El Corredera”, el día de nuestra bandera canaria, la de las siete estrellas verdes de la libertad. Un mes de coincidencias, de casualidades, con tres personajes desaparecidos en los mismos días, separados en un tiempo que no existe cuando se trata de dar todo por amor a la humanidad.
Un octubre confuso que parece verano por estas tierras atlánticas, que nos sorprende con alguna lluvia pasajera, tímida, pero que no limpia un ambiente impregnado de corrupción política, de paro, de favores y prebendas a empresarios mafiosos. Una crisis que sacude como siempre a las personas más desfavorecidas, las que no tienen nada que perder y sufren, sufrimos el acoso depredador de esta sociedad malversada y vilipendiada por políticos de cuello blanco y papelas ocultas en sus guanteras. Fulanos que prevarican bajo las lapidas de Tebetos, Tindayas, Torres de un canódromo muerto, privatizaciones y recortes en sanidad, en servicios sociales, en educación y perfectos enterradores de la esperanza muerta de todo un pueblo.
Nos queda el ejemplo de muchos y muchas que han resistido y resisten, que pagan con su vida la lealtad del pueblo como Salvador Allende, que salen a la calle a hacer frente a golpes de estado en Chile, Argentina, Uruguay y ahora Honduras, luchan contra democracias fingidas, sustentadas en el terrorismo de estado como en Colombia y otras que no nombro por temor. Todo un pueblo de Palestina que no se achanta en esa intifada permanente contra la opresión y el genocidio sionista. Muchos pueblos, muchas personas anónimas, héroes sin nombre, heroínas que han luchado y luchan por el amor revolucionario, ese que no se da simplemente por el gusto de dar, sino que nace de la rabia de las personas más humilladas de la madre tierra, esos “nadie” que nombra Galeano, los que afortunadamente existen y hacen, hacemos por cambiar las estructuras más injustas de esta depredadora sociedad capitalista.
De esos, de aquellas que alzan el puño me he acordado en este octubre rojo, de mujeres y hombres invencibles aunque hayan muerto o estén encarcelados, encadenadas o presos del silencio en cualquier cárcel o templo de tortura y muerte. Siempre con el oído puesto en la brisa de la tarde y en el canto de cualquier pájaro popular, enamorados, enamoradas de la memoria y los sueños. Alzados, alzadas contra el poder en este viaje contracorriente por la vida y la esperanza de un mundo mejor.
jueves, 22 de octubre de 2009
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