Francisco González Tejera
En este mundo globalizado en manos del sistema más depredador que ha conocido la historia, viven millones de seres humanos en la más absoluta miseria, mueren de hambre y sed cada día, sufren enfermedades perfectamente curables en un mundo enriquecido, que condena por puro egoísmo a una muerte segura a la mayor parte de la humanidad. Esta verdadera violencia del capitalismo es respaldada por los gobiernos de las democracias occidentales, que son cómplices directos de todas estas muertes, de todo este terrible sufrimiento. Los Zapatero, Berlusconi, Sarcozy, Merkel, el laureado presidente de un país genocida, Obama y otros muchos que se llenan la barriga y sus billeteras con las muertes de miles de niños cada día, que no se cortan un pelo y siguen hablando de mejorar el clima, de acabar de una vez con todos los del “eje del mal”, de sus sanguinarias “guerras humanitarias” en Iraq y Afganistán, de los montajes y auto atentados como los del 11 de septiembre en USA y otros en Europa, cuyo único fin es fomentar el miedo y seguir invadiendo países y vendiendo armas. Su apoyo a dictaduras tan sangrientas como la marroquí y todo un largo etcétera de fechorías y atentados a la dignidad de los pueblos programados por estos delincuentes políticos, siempre en aras del enriquecimiento y la defensa de los intereses de los “dueños del mundo”.
En Canarias comprobamos que toda esta miseria humana está representada por ciertos políticos de frivolité y trajes caros, en su mayoría ladrones y conspiradores, amigos de constructores que les construyen gratis mansiones, que les pasan maletines con millones de euros a cambio de recalificaciones urbanísticas y prebendas varias. Algunos de estos miserables afirman públicamente que les tienen que subir el sueldo para que haya menos corrupción. Mientras el pueblo de estas islas, los sectores más desfavorecidos caen víctimas de una crisis creada en despachos lujosos de banqueros, poniendo a estas islas a la cabeza en cifras de paro, fracaso escolar, violencia de género y otras miserias humanas que no son combatidas ni prevenidas por los que tienen que hacerlo y cobran pastones para ello, políticos escoria más preocupados en otros negocios y pelotazos que en la dignidad y calidad de vida de todo un pueblo humillado y alienado.
Hoy día de Nochebuena en una Navidad de consumo y despilfarro, pienso que es el mejor momento para recordar, para recordarnos que nuestra opulencia mata a millones de inocentes, que estos políticos y gobiernos supuestamente democráticos no hacen nada para acabar con el hambre, la infelicidad, la pobreza. Para combatir el cambio climático, para evitar la deforestación de las selvas tropicales, para terminar con la extinción de millones de especies animales y vegetales, con tanto sufrimiento y desolación en un planeta depredado y destrozado por esta lacra de sistema terrorista-capitalista, por un imperio de asesinos de vida y esperanza.
viernes, 25 de diciembre de 2009
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