viernes, 31 de mayo de 2013

REVISIÓN DEL PLAN INSULAR DE ORDENACIÓN DE GRAN CANARIA

La revisión del Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria, en adelante PIO-GC, contiene algunas novedades de interés.

En lo que respecta a nuestro entorno cercano contiene dos buenas noticias que son la inclusión de dos zonas como parques periurbanos en "las charcas de San Lorenzo" y en Las Mesas- Los Giles. En la zona de la Vega de San Lorenzo, parece que se queda fuera lo que está fuera de los estanques, es decir, fuera del Paisaje Protegido de Pino Santo aunque esto debe ser confirmado una vez se publique el documento para asegurar que desaparece definitivamente el peligro de urbanización como así aprobaron unánimemente tanto el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como el Cabildo de Gran Canaria.

Las cuestiones preocupantes vienen dadas por la dimensión que se da en toda la isla al crecimiento urbanístico, centrado con más intensidad en Las Palmas y Telde (donde se prevé la mayor concentración) pero también en las demás cabeceras municipales además de otros sectores.

Por ejemplo, se usan los suelos Bb3 en esta proyección, que son suelos con una anterior funcionalidad agrícola cercanos a los núcleos de población.

Estas previsiones apuntan a un crecimiento desbordado de la población y, con ello, una presión creciente sobre los recursos naturales, ya escasos. Todo ello en un momento en el que existen miles de viviendas vacías repartidas por toda la isla y que, coyunturalmente, no se venden. Por ello, resulta muy arriesgado dar cancha a una nueva burbuja inmobiliaria.

Otra cuestión relevante es la enorme previsión de carreteras, no sólo dándole naturaleza a proyectos de años atrás sino incluyendo otros nuevos como una variante entre Tamaraceite y Los Hoyos, cerca a Santa Brígida. Esta nueva vía pondría en peligro paisajes de gran interés entre ambos lugares. Del mismo modo ocurre con la tangencial de Telde que atraviesa una de las vegas agrícolas más ricas de la islas, cercenando cada vez más la posibilidad de mejorar nuestra soberanía alimentaria, ahora bajo mínimos.

Todas estas cuestiones, y otras más, hacen necesario estar vigilantes a la exposición pública del PIO-GC para lograr cambios en el mismo que reduzcan las afecciones territoriales y ambientales y se establezca un modelo más sostenible de desarrollo insular.


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